Historia

Época precolombina Cuentan los cronistas de la Conquista que según los propios tallanes, pobladores prehispánicos de la costa piurana, hubo en tiempos milenarios otros moradores que vencieron al desierto. Eran hombres que “vivían más en la mar que en la tierra”, trasladándose de un lugar a otro en grandes balsas movidas a remo y vela, dedicados a la pesca, que se proveían de agua y vegetales desde lugares lejanos, y que acampaban en medio del desierto para estar protegidos de sus enemigos. Su origen en estas tierras se pierde en la bruma de los tiempos pretéritos pero ya se les encontraba en el siglo VII de nuestra era conforme los vestigios encontrados consistentes en cerámica utilitaria, morteros de piedra y objetos también de piedra utilizados en la guerra. Se extendieron desde Tumbes por el norte hasta Olmos y Morropón por el sur, conforme lo determinó la antropóloga doctora Josefina Ramos Seminario de Cox, determinándose que sus vestigios arquitectónicos mayores son los encontrados en Catacaos, en Narihualá y en otras zonas del valle del Bajo Piura.9 Al llegar los tallanes a la región, provenientes de la sierra, estos primeros habitantes huyeron hacia el norte para no regresar más, pero otros se quedaron asimilándose con los recién llegados. Los tallanes resultaron ser eximios agricultores. Pero los tallanes no fueron los primeros pobladores. Los antecedieron muchos otros entre los que destacaron los Vicús, conocidos por este nombre pues sus restos fueron hallados en la sexta década del pasado siglo XX en la hacienda del mismo nombre, ubicada cerca de la ciudad de Chulucanas en el valle del Alto Piura. La civilización Vicús floreció hace más de dos mil años y se encontraron gran cantidad de objetos utilitarios de metal, restos funerarios así como se cerámica, muy admirada en los museos por el naturalismo con la que representaban su mundo (actividades cotidianas, flora, fauna), pues sus edificaciones desaparecieron hace mucho tiempo con los innumerables mega Niños acontecidos periódicamente y desde siempre en nuestra región pero se tiene perfecta idea de cómo eran por los ceramios que las representan (casas, palacios, templos). Los últimos estudios científicos en su metalurgia concluyen que por su ubicación geográfica los Vicús constituyeron un centro de intercambio cultural entre el sur del antiguo Perú con el norte hasta la actual Colombia. En la antigua Piura se ubicaron numerosas etnias organizados en clanes que dieron lugar al nacimiento de los pueblos que ahora se conocen, éstos establecían disputas entre ellos para el dominio del territorio y manifestar así su poderío frente a los demás, prevaleciendo los tallanes. Victor Wolfgang von Hagen estima que los yungas, etnia costeña a la que pertenecían los tallanes, practicaban la monogamia y que solo los dirigentes y quienes tenían muchos medios económicos tenían harenes de mujeres quienes tenían iguales derechos que los hombres y tal es así que a menudo la mujer llegaba a ser jefe de tribu.10 Estas comunidades que en la costa eran tallanes luego fueron invadidas por los ejércitos incas, que con fiereza los capturaron, destruyendo sus construcciones y objetos, todo esto ocasionó que el dominio inca se impusiera en nuestro departamento pero mayormente en la sierra y no tanto en la costa. Esto se explica por el hecho incontrovertible que los incas eran serranos, oriundos de la zona altoandina. El Imperio de los Incas, con el Inca Túpac Yupanqui, inició la conquista de la región sometiendo a los Ayahuacas y a los Huancapampas, que habitaban las regiones que forman hoy las provincias de Ayabaca y Huancabamba luego de quebrar su fuerte resistencia. No dejaron mayor huella cultural en la costa pero sí en la sierra pues el Inca construyó fortalezas como la de Chulucanitas y la de Aypate, cuyos restos son motivo de admiración, para vigilar el camino Huancabamba - Ayabaca - Cuenca Quito y ordenó masivos desplazamientos de poblaciones fuera de la región sustituyéndola por los mitimaes o colonizadores. Conquista y virreinato[editar · editar código] Los conquistadores llegaron a las costas de lo que es hoy el departamento de Tumbes. Sin embargo, después que Francisco Pizarro vio que Tumbes no era lugar apropiado para establecer su base de operaciones, decidió seguir su viaje al sur en busca del lugar ideal para establecerse. Él encontró este sitio a orillas del río Chira. Allí fundaron la primera ciudad española que se erigió en el Perú, en el sitio de Tangarará, a la que llamaron San Miguel. Existen diversas versiones sobre los motivos de esa denominación, señalando unos que fue porque se fundó el día de San Miguel, mientras que otros afirman que Pizarro quiso agradecerle un milagro al santo por su intercesión a favor de los españoles en su lucha contra los naturales, o que fue por Fray Miguel de Orenes. Pero así como se discrepa de los orígenes del nombre de la ciudad, también se discute sobre la verdadera fecha de fundación de San Miguel, lo que indujo a la creencia que la ceremonia de fundación fue celebrada el día en que se celebra la festividad del arcángel. Se impone la versión que fue el día 15 de agosto de 1532 pues es la fiesta de la Virgen de la Asunción en cuyo honor está consagrada la catedral. Es importante señalar también que fue en Piura donde se construyó íntegramente en piedra marina el primer templo cristiano del subcontinente en el más puro estilo arquitectónico castellano, ubicado exactamente en el pueblo pesquero de San Lucas de Colán, a unos cuantos kilómetros del puerto de Paita. Plaza de Armas de la ciudad. Todo indica que la fundación aconteció en agosto, el día 15. En los días previos a la fundación se produjo una rebelión de curacas que pronto fue sofocada y terminó con la muerte de 13 señores de la jurisdicción del curacazgo de La Chira, en el Bajo Chira o Turicarami. La región fue pacificada.11 Miguel Maticorena, citando al doctor Raúl Porras Barrenechea postuló esta fecha mostrando pruebas contundentes y que después corroboró el doctor José Antonio Del Busto Duthurburu. Pero el único documento que podría servir para determinar la fecha exacta es el acta de la primera fundación de la ciudad que se encuentra perdida. Dos años después sus habitantes migraron a su segundo asiento en las inmediaciones de la hacienda Monte de los Padres en el valle del Alto Piura, en la margen derecha, en el que la Universidad Politécnica de Madrid conjuntamente con la Universidad de Piura dentro del marco del Programa de Cooperación Científica con Latinoamérica está haciendo estudios pues los cronistas dan cuenta que albergaba a 23 encomenderos, a la par que Trujillo y algo menos que Lima, y sus construcciones tienen altos basamentos de piedra lo que ha permitido esbozar el plano de la ciudad. Permanecieron durante más de cuarenta años en este lugar que era conocido por los naturales como Pirhua o Piura es decir "granero" o "lugar en el que se almacenan granos". Esta fue la ciudad que visitó y describió en su obra "Crónica del Perú" Pedro Cieza de León en 1547, y el Adelantado don Juan Salinas de Loyola hizo lo propio en 1571 estimando que habían más de 100 casas en solares de 180 pies de largo y ancho.12 Aproximadamente en 1578, la mayoría de piuranos se trasladaron al tercer asentamiento, esto es al puerto de San Francisco de Buena Esperanza de Paita, mortificados por el clima que molestaba a la población. Pero con la incursión del pirata inglés Cavendish (de enero a mayo de 1587), quien se apoderó de un gran botín (25 libras de plata y 5500 libras de metales finos) y arruinó la ciudad, los pobladores se fueron a vivir a su cuarto y último asentamiento en la cabecera del valle de Catacaos o Bajo Piura, junto a la presa precolombina de Tacalá, reforzada con cal y canto por el virrey Toledo. Desde entonces la ciudad supo mantenerse en este lugar conocido como asiento del Chilcal, pues encontraron clima saludable, el elemento que la caracterizó siempre, el río Piura que proveía de agua estacional en abundancia, así como excelentes tierras de cultivo, amplias planicies cubiertas de bosques de algarrobos que facilitaban la ganadería y la leña. Durante la época de la colonia, y en su último asiento, la vida en Piura transcurrió en paz y tranquilidad, llegando a ser puerta y paso obligado desde España hacia Lima, ya que por aquel entonces, el puerto de Paita ofrecía las mejores ventajas para los barcos que venían de la metrópoli. Cada uno de los virreyes ingresaba por mar al Perú por Paita, luego llegaba a Piura, continuando su viaje por tierra a la capital. En la ciudad se erguían las casonas de los propietarios de tierras agrícolas y de estancias, así como las viviendas de los funcionarios y de personas que desarrollaban actividades conexas y de servicios. Se producían los afamados cordobanes, todo tipo de cueros y jabones, en curtiembres y en las denominadas tinas ubicadas en la parte norte de la ciudad, su primera zona industrial, artículos que formaban parte del torrente de exportación e intercambio comercial desde la región hacia el interior del país y hacia Guayaquil, Loja y Cuenca, a los que se aunaban cecina y sebo de la estancia de Tagarará, toyo salado y sal de Colán y Sechura, respectivamente, papa, maíz y trigo de Huancabamba, papa y subproductos de la caña de azúcar de Ayabaca, y algodón de Catacaos. Casas de la época colonial. Independencia y República[editar · editar código] En 1820, con las incursiones de los almirantes Guillermo Brown y Cochrane de la expedición libertadora de don José de San Martín, la población piurana se sumó entusiasta a la causa libertadora, y el día 04 de enero de 1821 se proclamó la independencia de Piura en el atrio del templo de San Francisco. La proclama fue una gesta encabezada por los próceres José de Lama, Tomás Cortés, Baltazar Taboada, Tomás Diéguez, los hermanos Seminario y otros. De igual forma, la división Piura de 1000 hombres contribuyó victoriosamente en la independencia de Ecuador, tomando parte en la Batalla de Pichincha, el día 24 de mayo de 1822. El 30 de enero de 1837 fue elevada a la categoría de Provincia Litoral. Durante los primeros años de la vida republicana, los piuranos tomaron partido por los diferentes movimientos políticos que se daban en aquella época, llegando a ser escenario de reñidas luchas por uno u otro caudillo. En 1861 se crea el Departamento de Piura con tres provincias: Piura, Paita y Ayabaca. El 14 de enero de 1865, Huancabamba se convierte en la cuarta provincia de Piura. En la década de 1860, la ciudad de Piura se dinamiza con los cultivos del algodón de la variedad Pima, traído por don Emilio Hilbck del estado de Arizona, que impulsó la industrialización y desarrollo de la ciudad y de la región, y la fuerte inmigración de ingleses, alemanes y españoles, en ese orden, y en menor escala italianos y chinos, que trajeron sus costumbres y también sus conocimientos de comercio e industria. También llegaron muchos estadounidenses. Se incorporaron rápidamente al tejido social formando familias con damas locales y creando inevitablemente nuevos gustos y hábitos. Hasta la culinaria piurana se enriqueció. En la agricultura se introdujo el uso de la bomba a vapor y maestranzas especializadas permitiendo irrigar más tierras de cultivo ampliándose la red de canales pues el éxito del algodón piurano en el mercado internacional era un gran estímulo para el agro. Aparecieron industrias nuevas como la pesca de altura de flota ballenera, la producción masiva y comercio de exportación de sombreros de paja toquilla desde Catacaos y anexos. Bien entrado el pasado siglo XX era común ver en fiestas patrias las banderas de los países de origen de las familias de esos inmigrantes ondeando junto a nuestra bandera nacional.14 Durante la Guerra del Pacífico, el Almirante Miguel Grau y Seminario, nacido en esta bendita tierra el día 27 de julio de 1834, se convirtió en héroe durante el combate naval de Angamos. El progreso material del departamento no corrió parejo con el desarrollo de su riqueza agrícola y producción industrial de textiles de algodón y sus derivados, una de las más desarrolladas del país. Don Miguel Checa y Checa (1861-1935) fue el prototipo del hacendado innovador de principios del siglo XX. Casado con doña Victoria Eguiguren Escudero tenía por cuñados a los juristas y hacendados, Víctor Eguiguren Escudero y Francisco José Eguiguren Escudero activos e ilustrados juristas y políticos. La familia Eguiguren provenía de Ecuador y tenía tierras desde Loja hasta Piura. Tuvo iniciativas felices como la construcción de un puente moderno en la ciudad de Piura, inaugurado en 1893, y la construcción del canal de la margen derecha del río Chira, en 1900, que no solo irrigaban sus fundos de Chocán y de San Francisco sino también tierras que pertenecían a otros propietarios. Cerca de su fundo de Macacará construyó la espléndida casa hacienda de Sojo, sobre un altozano dominando al valle del Chira y frente a Tangarará, el primer asiento de la ciudad de Piura.14 En el valle del Bajo Piura se prolongó el canal Sechura. El amanecer del día 24 de julio de 1912 despertó la ciudad con fuerte terremoto que derrumbó muchos edificios. Recién entre los años 1930 y 1950 conoció nuevo desarrollo urbanístico reconstruyendo casas y edificios públicos, ensanchando calles y avenidas merced a la Junta de Obras Públicas creada a iniciativa del congresista piurano doctor Luis Antonio Eguiguren Escudero, y al constituirse en sede de sociedades agrícolas, comerciales e industriales. En la década de 1980, Piura y el departamento nuevamente conoció un ascendente y pujante desarrollo comercial, industrial y socio-económico, a pesar de haber sido devastado en el desastre de 1983, como consecuencia del fenómeno de El Niño, manifestado en torrenciales lluvias durante seis meses que afectaron su industria, comercio y su infraestructura urbana. El fenómeno de El Niño acontecido desde fines de 1997 hasta mediados de 1998 encontró a la ciudad mejor preparada si bien cayeron dos de sus puentes que posteriormente han sido repuestos. En la actualidad Piura está experimentando fuerte desarrollo de su sector comercial con la instalación de grandes centros comerciales y tiendas por departamentos en no menos de cinco puntos de la ciudad considerados estratégicos por los inversionistas.

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